Los primeros intentos por establecer buenas prácticas de gobierno corporativo se remontan a los primeros años del siglo XVIII con el efecto burbuja creado por la Compañía de los Mares del Sur en Inglaterra.
Constituyéndose en uno de los primeros cracks económicos de la historia. Este hecho revolucionó el marco jurídico establecido para los negocios y las prácticas gerenciales que hasta ese momento se consideraban óptimas.
Episodios similares, como el Crack de la Bolsa de Nueva York en 1929, así como los acontecimientos con empresas como Enron en el 2001 o más recientemente con la crisis de las hipotecas subprime en EE.UU., son nuevamente fuente de inspiración para introducir cambios en la forma de conducir y gobernar las organizaciones.
Costa Rica no se escapa de estos “terremotos”; las reformas a los sistemas de gobierno de nuestras organizaciones, también deben de irse replanteando.
Hoy en día cada vez es más frecuente observar cómo empresas, incluyendo las familiares, han desarrollado buenas prácticas de gobierno corporativo.
Han logrado multiplicar varias veces su patrimonio y volumen de utilidades, apoyadas en la visión y dirección de una Junta Directiva de alto desempeño. La razón de su amplia aplicación se debe a que los principales roles de las Juntas Directivas modernas son de beneficio para cualquier tipo de organización, los cuales se pueden resumir en los siguientes:
Gestión de Fiduciaria (Stewardship)
Consiste en asegurar que la información financiera entregada a los accionistas y grupos externos sea la correcta.
Para esto deben:
- Asegurar un buen manejo del control, la prudencia y gestión del riesgo.
- Formular políticas de transparencia relacionadas con asuntos éticos, legales y de responsabilidad social.
- Asegurar su cumplimiento para fortalecer su credibilidad.
- Establecer un sistema de conducta interna que garantice la transparencia de los procesos de decisión.
- Exista una adecuada revelación y tratamiento de los conflictos de interés.
- Se trata de velar por el respeto equitativo de los derechos de todos los accionistas.
Gestión de la Organización
Una buena Junta Directiva contribuye a asegurar que la organización tenga una buena administración y en consecuencia, promueve:
- Que el Gerente General haya identificado a su sucesor y lo capacite para el puesto.
- Decide además sobre las políticas relacionadas con la compensación, evaluación y bonificación de la administración superior y emite políticas generales para el resto de los colaboradores.
- Participa activamente en las decisiones orientadas a elegir o reelegir directores de Junta Directiva y a definir su compensación.
- Procura que la empresa tenga una estrategia claramente definida, para lo cual debe involucrarse decididamente en su formulación, así como exigir y dar seguimiento a su implementación y evaluar regularmente su efectividad.
Algunas de las contribuciones más evidentes que se logran con un buen Gobierno Corporativo son las siguientes:
Crea una fuente de nuevas ideas y puntos de vista diferentes a los del grupo de accionistas (think tank), lo que les permite ampliar su visión y moverse más rápido hacia nuevas oportunidades de negocios.
Media o sirve de árbitro en las normales disputas entre los dueños (accionistas) y los administradores.
En decisiones tales como balancear los dividendos de corto plazo con las inversiones necesarias para generar valor en el largo plazo, o las clásicas disputas por la remuneración de ejecutivos. Con frecuencia los miembros externos de la Junta Directiva pueden abordarlas con un mayor grado de objetividad.
Mejora la capacidad de apalancamiento de la empresa.
Un buen Gobierno Corporativo crea un mayor nivel de confianza en las entidades financieras, al mejorar el manejo de los recursos, la transparencia e incluso al mitigar de una manera más efectiva los riesgos operativos del negocio.
Extiende la red de contactos y relaciones de la compañía.
Cada uno de los directores externos tendrá su propia red de contactos, los cuales podrán poner al servicio de la empresa, facilitando los negocios.
Sirven como un puente entre viejas y nuevas generaciones.
Por lo general la sabiduría de los mayores necesita ser complementada con la energía y la menor aversión al riesgo de los miembros más jóvenes.
Invito a las empresas que aún no se han animado a dar el paso de formar una Junta Directiva de alto desempeño, que mediten sobre las ventajas que un buen Gobierno les pueda proporcionar y que se apoyen en buenos consejeros, si es del caso, para que su instauración sea un éxito desde la primera vez.